lunes, 22 de noviembre de 2010
Dance like you want to win
Ir a ver a Goa fue una experiencia terriblemente recomendable. Llegamos a eso de las 5 ya había carpas la gente mateando, fumándose alguno, la pileta (limpia todavía), y una gran descampado con la pista. Un gran Shiva Nataraj de Bronce debajo de donde iba a tocar Goa junto a dos imágenes psicodelicas de Ganesha. Y 28 horas de pura danza liberadora, las corazas iban cayendo de mi cuerpo a medida que avanzaba la noche y la luna llena iluminando mi piel. Descubriendo movimientos inimaginables para mis actitudes normales, pensamientos relámpagos atravezándome el cuerpo, que fluía en la masa de gente, el espacio saturado de música y sonidos y olores (el tipito por algún motivo prendía inciensos mientras sonreía 28 horas SEGUIDAS sin moverse mas que bailando mientras tocaba). Hubo una imagen muy hermosa de un nenito de 2 años bailando con la madre y un flaco moviéndose en un orgasmo infinito mientras una chica y un chico lo tocaban como si fuese un instrumento de a deditos tamboreandolo guitarreandolo haciéndolo vibrar de alegría. Por la mañana mientras salia el sol el cansancio dio paso a otro nivel de conciencia y bailar con mi sombra fue una experiencia asombrosa la gente te hablaba con los ojos y uno no podía dejar de moverse, el sol te renovaba y todo era tan genial. Todavía no puedo dejar de bailar. Y cada vez que abría los ojos y miraba para adelante ahí estaba la estatua de Shiva y solo eramos eso formitas mutando perdiéndonos siempre en movimiento, buscándonos llegando vaya a saber uno donde.
pd: Mírenlo a Hoffman ahí que simpático
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