La literatura porteña se caracteriza por dos leitmotivs que se repiten constantemente en las obsesiones urbanas y delirantes de sus habitantes: La metafisica y los inadaptados. Macedonio Fernandez y Roberto Artl. La busqueda de la eternidad en esta ciudad cosmopolita, desarraigada, monstruosamente enorme, polimorfa y orgullosa. Los vagabundos de este mapa sobresaturado de humanos y de signos saben de lo que estoy hablando. Encontrar y crear el propio lenguaje es tarea brava y complicada. Crearse, suprimirse, disciplinarse, dibujarse. El lenguaje traiciona y ese "-se" supone un axioma basico en el cual no creo. Sin embargo estoy hablando desde una primera persona, o tal vez un nosotros, una multiplicidad que yira ,no en el espacio y en el tiempo, sino en coordenadas Atonales en dimensiones nonatas cristalizandose sujeciones abiertas. Un juego finito en el cual uno a uno van variando los rostros y desapareciendo los que no deberian desaparecer, la velocidad excesiva y los arrebatos inutiles.
1 comentario:
Dios los cría y el viento los amontona.
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