La máxima del oráculo de Delfos era “conócete a ti mismo” mientras que para los Tlamatini (vocablo náhuatl que significa alguien que sabe) era “Flores y cantos son lo más elevado que hay en la tierra para penetrar en los ámbitos de la verdad”. Las raíces chamanicas de la frase son más que obvias: el canto como guía espiritual del conocimiento y las flores (no solo en su ámbito estético) como herramientas de saber (una tecnología del yo que occidente recién esta redescubriendo de forma mediocre y new age). Es muy triste la forma de recordar a este pueblo, “sanguinarios amantes de los sacrificios humanos y de guerras sin sentido”, cuando la realidad es que su civilización era admirable. El pensamiento que emana su cosmogonía, la poesía de Nezahualcóyotl son tan solo los vestigios que sobrevivieron a la ruina. Hoy cuando la sabiduría se vende en los best-seller de empresarios que dan consejos para ser ricos y la belleza son un par de tetas bailando en un caño uno desearía arrancarles el corazón a todas esas parias y ofrecérselos al Sol Invicto dador de la vida, sin embargo, esa transfusión seria una blasfemia contra la pobre estrella. Un pequeño poema extraído del códice Matritense que glorifica al hombre de conocimiento y su justo valor reconocido en toda sociedad no crepuscular:
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El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahuma.
Un espejo horadado, un espejo agujereado por ambos lados.
Suya es la tinta negra y roja, de el son los códices, de el son los libros de pinturas.
El mismo es escritura y sabiduría.
Es camino, guía veraz para otros.
Conduce a las personas y a las cosas, es guía en los negocios humanos.
El sabio verdadero es cuidadoso (como un medico) y guarda la tradición.
Suya es la sabiduría trasmitida el es quien la enseña, sigue la verdad.
Maestro de la verdad no deja de amonestar.
Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara (una personalidad), los hace desarrollarla.
Les abre los oídos, los ilumina.
Es maestro de guías, les das su camino, de el uno depende.
Pone un espejo delante de los otros, los hace cuerdos, cuidadosos; hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad).
Se fija en las cosas, regula su camino, dispone y ordena.
Aplica su luz sobre el mundo.
Conoce lo (que esta) sobre nosotros (y), la región de los muertos. El sabio (es el hombre serio).
Cualquiera es confortado por el, es corregido, es enseñado.
Gracias a el la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza.
Conforta el corazón, conforta a la gente, ayuda, remedia, a todos cura.
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El sabio: una luz, una tea, una gruesa tea que no ahuma.
Un espejo horadado, un espejo agujereado por ambos lados.
Suya es la tinta negra y roja, de el son los códices, de el son los libros de pinturas.
El mismo es escritura y sabiduría.
Es camino, guía veraz para otros.
Conduce a las personas y a las cosas, es guía en los negocios humanos.
El sabio verdadero es cuidadoso (como un medico) y guarda la tradición.
Suya es la sabiduría trasmitida el es quien la enseña, sigue la verdad.
Maestro de la verdad no deja de amonestar.
Hace sabios los rostros ajenos, hace a los otros tomar una cara (una personalidad), los hace desarrollarla.
Les abre los oídos, los ilumina.
Es maestro de guías, les das su camino, de el uno depende.
Pone un espejo delante de los otros, los hace cuerdos, cuidadosos; hace que en ellos aparezca una cara (una personalidad).
Se fija en las cosas, regula su camino, dispone y ordena.
Aplica su luz sobre el mundo.
Conoce lo (que esta) sobre nosotros (y), la región de los muertos. El sabio (es el hombre serio).
Cualquiera es confortado por el, es corregido, es enseñado.
Gracias a el la gente humaniza su querer y recibe una estricta enseñanza.
Conforta el corazón, conforta a la gente, ayuda, remedia, a todos cura.
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